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  • La Inteligencia Artificial / Segunda Parte
Carla Sarmiento 5 de abril de 2023 0 Comments

¿Qué hacemos con la Inteligencia Humana si la Artificial pasa a ocupar todos los espacios?

Carla A. Sarmiento Colmenares

Abogada, LL.M.

Cada día surge una nueva aplicación basada en IA para hacer más fácil, más expedito, más eficiente la labor de los abogados. Afortunadamente (al menos esa esperanza la guardamos algunos) nunca un robot podrá lograr, en términos de comprensión, lo que logra un ser humano que se desempeña como abogado. Las habilidades emocionales que tenemos los seres humanos difícilmente pueden ser desarrolladas por una herramienta alimentada de algoritmos y de data. Es indudable que acercarse al mundo de la IA es fascinante. Se pueden reducir tiempos de labores que hoy en día nos llevan horas, días y semanas en desarrollar. Pero ese ahorro de tiempo es inversamente proporcional al tiempo que usamos nuestro cerebro. Y eso, sin duda no es algo bueno. Aunque ese comentario popular acerca del uso del cerebro por parte de los humanos de que no usábamos sino el 10% de su capacidad, ha quedado desmentido, ahora cuando llega un cerebro artificial a pensar por nosotros ¿qué pasará? Probablemente lo tendremos que mantener en uso para lograr seguir inventando y creando y no se nos mueran las neuronas porque ya todo el trabajo se lo dejamos a la IA. Ahora bien, si uno analiza el tema con cuidado puede concluir que la IA no piensa. Ella en realidad no piensa nada. Ella une, procesa y produce lo que ya muchos pensaron, lo procesa y arroja un resultado. Por eso bien dice el meme que encabeza estas reflexiones: los abogados podemos estar tranquilos porque los clientes nunca describen en detalle toda la situación que desean que uno les analice y les ayude a resolver. Es ese conocimiento y experiencia previa que tenemos los profesionales del Derecho que nos permite saber que no está completa la información, que sentimos que hay algo más que no nos han contado, ese “feeling” que nos permite hacer las preguntas adecuadas, hacer afirmaciones que nacen de nuestra experiencia para que el cliente confirme o corrija, y así vamos logrando obtener una clara descripción de los hechos. La máquina nunca será capaz de entender qué está motivando a esa persona a presentar esa acción en contra de esa otra persona, qué siente; qué lo motiva, es ego? Es dolor? Es rabia? Hay algo más que no me ha contado?
La IA produce textos o imágenes con una instrucción que le da un humano que extrajo esa instrucción de su cerebro. Entonces es ahí donde nos preguntamos, si el material que se le da a la herramienta es bueno, podríamos pensar que el producto que ella nos reproducirá será también bueno. Pero qué pasa cuando el input sea no tan bueno o mejor dicho, malo?. No hay ya suficiente maldad en el planeta: guerras, tiroteos en colegios y lugares públicos, maltrato, depresión, suicidios, como para agregar ahora la potencialidad de que esas acciones ejecutadas hasta ahora por humanos con corazón, la ejecuten máquinas sin corazón?
Afortunadamente en estos últimos días en que este tema está siendo analizado a todo nivel, hay reacciones. No nos podemos quedar quietos mirando como la tecnología y la IA invade todos los espacios. Ya el gobierno de Italia prohibió el uso de un aspecto de la IA porque no respeta el marco legal de la protección de datos personales; también la propia IA respondió que no se encuentra en capacidad de administrar justicia, que esa es una labor de los humanos, aunque hay quienes han decidido apoyarse en esa tecnología para producir decisiones judiciales.
En fin, el mundo pareciera estar cuestionándose esos alcances que sin duda imaginé y fueron la fuente de inspiración de estas reflexiones que me permití compartir con ustedes.
Nota final: Esta reflexión lleva un especial agradecimiento a todos los amigos y familiares con quienes he comentado el tema y me han aportado sus opiniones, noticias y comentarios. Gracias a todos!